La propuesta restablece el paisaje histórico napolitano a caballo entre la colina y la ciudad, la tierra y el mar.
Las reconexiones se definen alternando nuevas estructuras sobre el ferrocarril, o mediante la recuperación, puesta en valor y refuerzo de una serie de pasajes subterráneos ya existentes. Estos gestos transversales acompañan a las nuevas líneas de movilidad peatonal, ciclista y ferroviaria previstas en el nuevo frente marítimo, garantizando la necesaria permeabilidad del territorio.

Los pasos elevados, como los puentes de las antiguas murallas, no sólo permiten el tráfico, sino que también trazan el territorio. Por su carácter ligero y semitransparente, se definen como velos que desvelan progresivamente el territorio, marcando los elementos principales, que coinciden con la presencia de las antiguas vías hacia el interior y, por tanto, también hacia el Vesubio. De este modo, también resultan fundamentales para la seguridad del tejido urbano en caso de evacuaciones.

Las nuevas infraestructuras articulan e interconectan el tejido urbano desarrollando, facilitando y potenciando los puntos destacados del itinerario turístico cultural de estas zonas vinculadas a las individualidades históricas y artísticas de las villas del Miglio D’oro.